ODDY AT SEA

Play is a journey, not a destination

En 2019 recibí un encargo de un estudio de diseño de Londres: debía realizar tres ilustraciones a partir de las cuales ellos desarrollarían una línea de juegos y juguetes educativos para una editorial griega. Era una apuesta ambiciosa, ya que se trataba de lanzar una nueva marca con su propia identidad visual y catálogo.

El briefing destacaba que las ilustraciones debían abordar tres universos temáticos adaptados a un lenguaje infantil:

1. La granja, inspirada en la fábula de La tortuga y la liebre de Esopo.

2. Un mapa del mundo, que incluyera animales, lugares, medios de transporte y arquitectura emblemática de cada región.

3. La mitología griega, reinterpretada en un contexto futurista, donde los personajes míticos se convirtieran en una especie de superhéroes.

También se indicaba que el estilo debía tener un carácter geométrico, en línea con la identidad gráfica de la marca, para que los productos fueran reconocibles y se diferenciaran claramente de la competencia.

Después de pasar una especie de proceso de selección, comencé el trabajo. Me llevó varios meses completarlo, tiempo durante el cual llegó la pandemia. Esto provocó, por un lado, un retraso considerable en el diseño y producción de los juegos, y por otro, una reducción en la cantidad de artículos previstos inicialmente.

Con el tiempo, algunos de los productos llegaron al mercado, y pueden verse en www.oddyatsea.com.

Aquí comparto las ilustraciones que realicé, junto con algunos de los diseños finales.

Más allá de las reflexiones que uno pueda hacer sobre la relación entre ilustrador, encargo y estilo, puedo decir que este proyecto marcó una evolución significativa en mi trabajo: mi estilo se consolidó de forma definitiva hacia lo geométrico. Desde entonces, no estoy seguro de poder ver el mundo de otra manera: rectas y curvas, curvas y rectas…

Durante el confinamiento, tuve tiempo para reflexionar sobre mi posición como ilustrador. De algún modo, ese periodo sirvió para consolidar mi forma de dibujar. Los pocos encargos que iban llegando y que pasaban el filtro de la curva y la recta, reforzaban naturalmente ese enfoque. También durante ese tiempo sufrí un desprendimiento de retina y perdí la visión de un ojo temporalmente. El reposo obligado contribuyó, de forma inesperada, a afianzar aún más esa manera de ver y representar el mundo. Tal vez buscaba una estructura, una limitación, una forma segura y ordenada de expresar mi visión, tras años de lidiar con lo orgánico, lo cambiante y lo sin normas.

La mirada sintética que el diseño gráfico había implantado en mí emergió con fuerza en el ámbito de la ilustración: una visión aumentada y depurada de la vida, compuesta, en esencia, por curvas y rectas. Rectas y curvas…

“Odiseo no era el mismo cuando volvió a Itaca”.